martes, 1 de septiembre de 2015

'Cholismo' en vena, gracias Raúl García

Un Sevilla-Atlético es un partido de alta tensión, sobre todo después de la pugna por alcanzar puestos europeos en los últimos años. Cada gol es un paso adelante para seguir soñando con Europa o incluso con el título, por lo que el valor de anotar es increíble. Los goles del Sevilla-Atlético perteneciente a la segunda jornada tenían algo más que su valor en común, el destinatario de su dedicatoria: Raúl García.
Despedida de Raúl García con los títulos que ha ganado en el Atleti
El navarro es un guerrero con el 'cholismo' metido en vena, con una capacidad innata para el sacrificio tanto en el campo como fuera de él, entendiendo que la artillería pesada del Atlético de Madrid en ataque no le deja hueco en el equipo, pero aún así lo asume en silencio, sumando en lugar de restar con protestas. De este modo, su despedida estuvo a la altura de un hombre que se tatuó la elástica rojiblanca en la piel y cuyo rojo enfurecía más sudando sangre en cada partido. Los goles, la victoria, incluso los gestos del Cholo durante el partido haciendo un ocho con las manos, todo era un mensaje para el navarro antes de partir al Athletic de Bilbao: eres uno de los nuestros.
“Se nos va un hombre, un capitán. Merece la oportunidad”, no tardó en decir Simeone en rueda de prensa. Con el mismo cariño se despedía Gabi, el capitanísimo, de otro de los capitanes: “Le vamos a echar de menos”. Por otro lado, Koke le dedicó el gol elevando ocho dedos al cielo para que el navarro supiera que cada gol es también parte de él, sin olvidarse de un mensaje en redes sociales agradeciéndole al navarro su apoyo desde que subió al primer equipo.
En la memoria del aficionado queda la garra y el espíritu rojiblanco hecho futbolista. El navarro pasó de no jugar, teniendo incluso que marcharse cedido, a ser una pieza fundamental del hasta hoy mejor Atlético de la historia, ganador de una liga y finalista de la UEFA Champions League. Raúl hizo suya la frase "trabaja en silencio, deja que sea tu éxito el que haga ruido", pero sin olvidar a su equipo cuando este le requería; si algo no se le puede recriminar a Raúl García es que le faltó voluntad y esfuerzo.


Raúl García, celebrando un gol en el Bernabéu
Muchos le echan en cara su intensidad, tildándola de excesiva o incluso acusándole de violento; son los mismos que no entienden el verdadero significado del 'cholismo'. Correr más que nadie, cargarse de faltas y del enfado de los rivales, pelear cada balón por alto para hacerlo tan fácil como un pase al pie... Raúl García no es violento, simplemente defiende a su 'familia' dentro del terreno de juego.
Por todo ello, no me cabe duda de que la suerte le sonreirá en el Athletic de Bilbao ni de que cuando vuelva la ovación del Calderón serán de las que hacen temblar todo Madrid. Este no es un artículo en el que se pueda encontrar un análisis táctico en profundidad, sino más bien un humilde homenaje a uno de esos jugadores que hacen el trabajo sucio y a los que los focos suelen ignorar.
Si en el futuro me preguntan qué entiendo por 'cholismo' no dudaré en recurrir a palabras como pundonor, sacrificio, sentimiento por la camiseta, lucha... y poco después me vendrán nombres a la cabeza como el de Raúl García. Hoy en día, en el fútbol moderno (que cada vez tiene menos de deporte y más de negocio) es raro encontrar este tipo de futbolistas, alguien que firme un contrato no solo con intención de cumplirlo (lo cual ya es raro últimamente), sino con intención de hacer de esa camiseta su segunda piel.
Su valía no se mide en goles o en los partidos jugados. Hay que esperar a que se vayan este tipo de jugadores para apreciar su aportación al equipo y en este caso nadie puede dudar de Raúl García. Gracias, gladiador. 



Autor: Israel Mallén (@ismallen96).




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