Volvió
la liga tras el parón provocado por los compromisos internacionales. Osasuna
retomaba la competición en una semana un poco comprometida tras el cese de su
entrenador José Luís Mendilibar tras tres jornadas sin puntuar y tras unas
polémicas declaraciones del presidente Miguel Archanco, el mismo que días
después contrataba a Javi Gracia, ex entrenador del Almería que se encontraba
sin equipo. Un entrenador navarro, de la casa, que tenía varios aspectos que
mejorar en su nuevo equipo durante esta semana. Trabajo complicado que
afrontaba con muchísima ilusión.
Llegó
el día clave, el partido. Esta vez ante un rival que tampoco había ganado en lo
que llevábamos de liga, el Getafe de Luís García Plaza. Pero esta vez no se
cumplió el dicho “entrenador nuevo, victoria segura”. Y eso que el conjunto
navarro comenzó ganando el partido gracias a un gol del canterano Roberto
Torres que está llamando a la puerta para hacerse un hueco en el once navarro.
Ese gol supuso un gran premio para Osasuna, que había tenido que aguantar un
fuerte arreón del conjunto madrileño en el primer minuto de juego. Las cosas parecían que iban a ir viento en
popa pero como siempre Osasuna se metió atrás y dejándole el balón al cuadro
madrileño llegaron las mejores ocasiones. A la salida de un córner empató el
Getafe ayudado por una mala salida del guardameta Andrés. Con el empate se
llegó al descanso.
La
segunda parte fue más de lo mismo. El Getafe salió en tromba y Osasuna sólo
pudo aguantar seis minutos hasta que llegase el segundo gol del venezolano
Miku, una obra de arte dentro del área que marcó lanzando al palo izquierdo de
la portería de un Andrés que esta vez no pudo hacer nada. Osasuna siguió
intentándolo pero sin fortuna. El Getafe pudo ampliar el resultado si San
Fermín, patrón de Navarra no se hubiera convertido en palo ante un espectacular
remate como no, de MIku. En la recta final del encuentro Oriol Riera tuvo el
empate pero su zapatazo lo repelió el larguero.
Este
partido para Osasuna es agua pasada. Se le ve mejor al equipo que con
Mendilibar, tenemos más llegada y aguantamos más el balón. Ahora afrontamos una
dura semana que culminará el viernes en El Sadar ante el Elche, en un partido
donde jugadores y afición tenemos que remar a contracorriente para sacar esto
adelante.
Crónica realizada por Diego Eusa (@d_eusa)
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