Aburrimiento
generalizado en La Rosaleda en un encuentro tosco y tedioso que ninguno mereció
ganar. Resultado justo.
La táctica. Ese
procedimiento que se sigue para conseguir un fin determinado o un objetivo
concreto. Ese método que tanto gusta a los entrenadores. La fórmula tan manida que permite sumar puntos en el
mundo del fútbol a cuenta de perder espectáculo, frescura, y que aburre hasta a
las ovejas. En definitiva, ese sistema que terminará con el fútbol si los
técnicos siguen firmes en sus apuestas.. Pues eso, el partido de ayer fue un
tostón de noventa y tantos minutos con futbolistas corriendo de un lado a otro
sin crear ocasiones, sin hacer fútbol, sólo pretendiendo dejar a cero sus
porterías esperando un error, por mínimo que fuera, del contrario para
hundirle.
Horta y Ramis, disputando un balón en La Rosaleda |
Y desgraciadamente
cuando estos fallos se cometieron y las ocasiones llegaron, o no acertaron los
delanteros -debe ser por la sorpresa inesperada- o los porteros -en este caso
Riesgo y su cara- frustraron la apertura del marcador Undiano Mallenco y sus
auxiliares se olvidaron las gafas para no señalar un posible penalti favorable
al conjunto vasco casi al final y por marcar un fuera de juego que dos
defensores evitaban con claridad que pudo dar un gol al Málaga.
Sí, el partido
resultó infumable, sobre todo en la primera mitad, con defensas cerradas,
marcajes al límite, mucho balón largo al cielo malagueño y sopor. Poco que
destacar entre las tinieblas. Un remate en chilena de Adrián que se marchó
escorado a la derecha de la meta de Kameni y una galopada de Amrabat de las que
le gustan por banda que Charles estrelló en la cara de un Riesgo que se hizo
enorme. Descanso y bocadillo. Lo mejor de la tarde.
La reanudación
permitió ver un juego un poco más abierto, movido, aunque exento de ocasiones
claras. Por momentos parecía que el Málaga se iba a imponer, con varios ataques
consecutivos llevados por un Amrabat que trabajó y peleó hasta la extenuación
sin fortuna. La alegría en los aficionados y en los jugadores duró poco.
Mendilíbar realizó dos cambios tácticos y el Éibarre cobró la calma siempre
pendiente de no cometer errores. Lo mejor quedó para el final. La ocasión eibarresa,
siempre hay una al menos, llegó por vía aérea. Un centro desde la derecha fue rematado
por Borja Bastón fuera, si bien estaba desequilibrado por un más que posible
penalti de Albentosa. Undiano se hizo el loco y no pitó nada.Dos minutos más
tarde un disparo desde fuera del área golpeó en Cop, que no se encontraba en
fuera de juego, y se marchó rozando el poste de Riesgo. Pudo ser la sentencia a
favor de los locales.
Con la noche
encima y el tedio instalado en La Rosaleda se llegó al final. Un dolor de
cabeza para los aficionados que se pudo solventar incluso sin medicinas. Pero
es evidente que el Málaga no carbura en ataque. Sufre para crear. Ya le ocurrió
un par de veces hace varios años, no marcó hasta la quinta jornada, si bien luego
realizó dos de las mejores campañas de su historia. Habrá que ver si se repite.
- FICHA TÉCNICA -
0 - Málaga:Kameni; Rosales,
Angeleri, Albentosa, Boka; Horta (Duda, min. 54), Tissone, Recio, Juankar (Cop,
min. 67);Amrabat(Tighadouni, min. 83) y Charles.
0 - Éibar: Riesgo; Capa, Ramis, Mauro, Luna;
Berjón (Juncá, min. 65), Escalante (Eddy, min. 65), Dani García, Adrián; Keko y
SergiEnrich (Borja, min. 81).
Arbitro: Undiano Mallenco, C. Navarro. Regular.
Mostró tarjetas amarillas a Recio yAngeleridel Málaga y a Escalante, Eddy, Keko
y Ramisdel Éibar.
Incidencias: Poco más de media entrada en La
Rosaleda, 20.000 espectadores.
Autor: Javier Costillas (@CosimonJav).
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