El equipo castellonense ha vuelto a la máxima categoría del fútbol español por la puerta grande.
Nadie imaginaba hace
unos meses, cuando el equipo se encontraba en segunda división, luchando por el
ascenso, tras una temporada en el “infierno” que se iba a encontrar en la posición
actual, cuarto en la tabla en puestos de Champions
League, con 24 puntos
conseguidos hasta la fecha.
Esta situación se puede
englobar en una frase enunciada por Marcelino,
líder del nuevo proyecto amarillo en esta primera división, “jugamos con la
ilusión de ganar pero sin la obligación de hacerlo”, esto es que, el objetivo
fijado al inicio de la temporada era indudablemente obtener la permanencia sin
pasar muchos apuros, pero disputadas 13
jornadas de liga hasta el momento, según lo visto en el campo, hay detalles
que hacen creer en algo más. Estas son las claves del resurgir del submarino:
Marcelino,
el entrenador asturiano que cogió al equipo tras unas primeras jornadas
algo convulsas en segunda división,
logró cambiar la mentalidad y el sistema de juego del equipo, hasta lograr
convertirlo en lo que es ahora, un equipo asentado en la máxima categoría dl
fútbol español.
Los
fichajes, tras un ascenso este elemento es muy importante,
las incorporaciones realizadas con la inestimable ayuda del presidente de la
entidad que realizó un importante esfuerzo en el período estival, han acabado
siendo determinantes. Cabría destacar por encima de todos a Gio, que se ha erigido en la estrella
del equipo, hecho que sólo ha podido ser frenado por la aparición de una
inoportuna lesión que le tendrá apartado de los terrenos de juego durante
algunas semanas. A su vez llegó Pina, que
junto a Gio llegó procedente del
Mallorca y los regresos tras cesiones de Pereira
y Perbet, además de la incorporación
de un central brasileño joven y al principio desconocido Paulista y un portero contrastado como Asenjo procedente del Atlético de Madrid tras la salida de Mariño al Valladolid.
La
zaga,
ya que el equipo es el tercer equipo menos goleado junto con el Granada por
delante de equipos como el Real Madrid con un proyecto económico infinitamente
superior al de los de Vila-real. El jugador fundamental en este aspecto es Musacchio, líder indiscutible de la
zaga, que partido a partido demuestra su jerarquía en el campo y su visible
mejora labrada en segunda.
Las
vacas sagradas,
jugadores que son fundamentales en cualquier vestuario y más importante
aún, en el campo, por su veteranía y por su fútbol. Dos claros ejemplos de
estos jugadores son Bruno,
centrocampista que, tras la marcha del equipo de Senna a E.E.U.U., y por sus grandes actuaciones en lo que llevamos
de temporada se está ganando a pulso su retorno a la selección nacional, y Cani, cuyo papel es fundamental en el juego ofensivo del equipo al
lanzar esas contras por la banda izquierda que tantos puntos le han dado a su
equipo hasta el momento.
Los
tapados, jugadores como
Trigueros, Aquino, Hernán Pérez y Uche que hacen que el
nivel del equipo no decaiga en ninguna de sus líneas, es más su papel ha sido
determinante en la consecución de los 24
puntos que tiene hasta ahora el equipo.
Por todo esto y mucho
más no estamos locos al pensar que este equipo puede llegar a ser lo que fue en
épocas anteriores, llegando incluso a disputar unas semifinales de Champions,
quedándose a las puertas de la final tras un penalti fallado por Riquelme.
Artículo realizado por Guillermo Muñoz (@guillemm93)
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