Este
miércoles el Real Valladolid ha comunicado el cese de Juan Ignacio Martínez
como técnico de la entidad blanquivioleta tras una nefasta temporada que ha
provocado finalmente el descenso del equipo a Segunda División.
El Real Valladolid descendió el pasado domingo a la
Liga Adelante tras una temporada muy negra en lo deportivo y extradeportivo.
Juan Ignacio Martínez ha sido incapaz de alcanzar el objetivo estipulado por el
club al comienzo de la campaña 13/14, que no era otra cosa que mantener por
segundo año al equipo en Primera. El Pucela se ha ganado con creces estar la
próxima temporada en Segunda División, los números así lo indican donde tan solo
se ha logrado 7 victorias durante toda la temporada, de las cuales solamente se
ganó 1 partido fue fuera de casa, exactamente en Vallecas.
Juan Ignacio Martínez llegó el verano pasado con el
complicado objetivo de hacer olvidar en tierras pucelanas a Miroslav Djúkic. La
llegada del equipo entrenador del Levante levantó mucha ilusión y espesativas
en Valladolid. Carlos Suárez apostaba en Junio por traer a un entrenador
experimentado en alcanzar sus objetivos y resultados como bien hizo en su
anterior club donde incluso llegó a jugar con el equipo granota la Europa
League. A la larga se ha visto que la apuesta realizada en su día por el máximo
mandatario y presidente de la entidad blanquivioleta fue un error tremendo que
ha condenado al Valladolid a descender por tercera vez en los últimos 10 años.
Durante toda la temporada el equipo ha generado
muchísimas dudas en relación a su forma de jugar sin un patrón claro como se
venía haciendo las 2 últimas temporadas. La herencia futbolística implantada
por Djúkic mezclada por los matices introducidos por Martínez hacía que los
resultados no fuesen los deseados y fuese muy complicado de ver una victoria
pucelana a lo largo del año. Para más inri, Juan Ignacio y sus hombres no daban
la talla ante los que suponían eran sus rivales directos, Almería, Osasuna,
Granada… Hasta tal punto que tras la aplastante goleada ante los de Lucas
Alcaraz en cierta parte de la afición sonase un run run nada positivo para los intereses
del técnico pucelano. Ya desde principios de año se veía que el equipo iba a la
deriva y el entrenador era incapaz de tomar las riendas de la nave. La inesperada
victoria ante el Villarreal suavizó todo y provocó que tanto Juan Ignacio como
su cuerpo técnico continuasen su labor sin problema alguno. Aún así el equipo dejaba
claros síntomas de debilidad, de equipo propio de descender. La victoria ante
el Fútbol Club Barcelona (1-0) dio sin duda alguna una gran seguridad al
alicantino y reforzó su labor, pero solo fue un espejismo porque ni aun ganando
a uno de los mejores equipos del fútbol mundial el equipo dejaba sensaciones de
equipo fuerte capaz de luchar contra cualquier rival cometiendo los mismos
fallos que a principios de temporada. También hay que recalcar que los 15
empates, que para algunos, como era en el caso de Juan Ignacio Martínez, eran
tan buenos a la larga también se ha visto que ha sido un verdadero fracaso que
te ha condenado a descender de categoría e incluso autoengañando a la que ha
sido su afición y club estos misma temporada.
Al Real Valladolid 2013/2014 se le puede definir de
mil y una maneras, pero para ser más exacto se le puede describir como triste.
El equipo ha sido el fiel reflejo a su entrenador durante toda la temporada, un
equipo falto de ideas, con un desorden terrorífico en la parcela defensiva y
sin un patrón de juego claro que ha finalizado la temporada descendiendo a la
Liga Adelante junto a Osasuna y Betis.
Tanto la afición vallisoletana como la dirección deportiva
se habrán quedado con la duda de si quizás con otro entrenador el equipo se
habría salvado, pero por desgracia para el Real Valladolid no se puede
retroceder en el tiempo, a pesar de que Juan Ignacio ha estado en numerosas ocasiones
en la cuerda floja, sobre todo tras el empate ante el Levante donde parecía que
había sido el último partido del alicantino al frente del Pucela.
Juan Ignacio Martínez se despide del Real Valladolid
dejándole en una categoría por debajo de la que se encontró, con una afición
muy desilusionada después del calvario que ha vivido esta temporada, con un
presidente muy tocado tras ser ni más ni menos que su tercer descenso en los
últimos 10 años y con un proyecto en Segunda División al que se le tiene que ir
poco a poco colocando las piezas que haga que el equipo retorne a la máxima
categoría del fútbol español lo antes posible.
Artículo realizado por Sergio Juárez (@SergioJuarez94).
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