Llegó prácticamente sobre la bocina, pero llegó. Después de varios
meses de espera, negociaciones intensas e intranquilidad, Nordin Amrabat, el
deseado, aterrizó en la Costa del Sol. El culebrón tuvo final feliz y el futuro
de este nuevo Málaga de Javi Gracia tomó un color más intenso, luminoso y
brillante.
Amrabat, la esperanza del Málaga. |
A pesar de los fichajes, cambios y las habituales estrecheces económicas,
el conjunto blanquiazul ha dejados buenas sensaciones en las dos primeras
jornadas ligueras. Venció a un Athlétic más rodado y salió derrotado de
Mestalla en un partido cuanto menos polémico que se rompió tras la injusta
expulsión de Darder. Pero aún así el equipo desplegó un juego aceptable, más
que prometedor, con jugadores muy jóvenes que todavía deben rendir mucho más si
consigan interpretar los sistemas de Javi Gracia. Pero era evidente la falta de
gol y, en ocasiones, de fluidez en ataque.
Y aquí aparece Amrabat. El holandés, de origen marroquí, no ha podido
triunfar en su equipo de origen, el Galatasaray, porque ni Mancini hace meses
ni Cesare Prandelli este verano, le han dado oportunidades. Viendo el panorama,
decidió que regresar a Málaga era la mejor opción. Ya conoce la ciudad, el
club, a la mayoría de compañeros, estuvo cinco meses desde enero, y no necesita
adaptación. Además, se sabe querido por la afición -así se lo ha demostrado
siempre- y sabe que será un puntal, un faro, en el ataque blanquiazul.
Amrabat, 27 años, es un futbolista de ataque, de creación. Le gusta el
juego alegre, moverse por las dos bandas y llega a la portería contraria con
facilidad. El pasado cursó disputó quince encuentros y marcó dos goles, pero
participó de forma directa en unos cuantos más. Su llegada al equipo entonces dirigido
por Bernd Schuster fue un soplo de aire fresco. Los goles comenzaron a llegar,
las ocasiones de gol se presentaban con más asiduidad y siempre que tenía el
balón en los pies se respiraba peligro. Fue el revulsivo con mayúsculas para
lograr la permanencia. Por todos estos motivos se entiende el interés hasta el último
momento de los directivos en reclutarle de nuevo para las filas malaguistas.
Como hemos dicho, el futbolista holandés da vida, empuje a sus compañeros,
y tiene una enorme participación en cada partido. No se esconde nunca, siempre
está dispuesto, se ofrece, y su trabajo, calidad y visión del juego le hacen
ser un jugador que marca las distancias, determinante. Capaz de atraer a varios
rivales, puede encarar o buscar la asociación con un compañero desmarcado y en
mejor posición. Y es muy factible que
forme una asociación espectacular con el joven portugués Horta y con Santa
Cruz.
Amrabat firmando la camiseta de un aficionado malaguista |
En definitiva, Amrabat ha llegado para quedarse y para elevar el nivel
de un conjunto que tiene mucho que decir y que va a intentar no sufrir hasta el
final. Si mantiene el nivel de juego y las virtudes ya mostradas, la felicidad
se instalará en La Rosaleda. La apuesta le ha costado al Málaga un millón de
euros y el pago de la ficha, pero ha obtenido una opción de traspaso por 3'5
millones que debería hacer efectiva antes del 30 de abril. El sábado, ante el
Levante, tendrá la oportunidad de reencontrarse con su público y de comenzar a
cumplir las expectativas.
Artículo realizado por Javier Costillas (@CosimonJav).
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