jueves, 11 de septiembre de 2014

Amrabat, la esperanza del Málaga.

Llegó prácticamente sobre la bocina, pero llegó. Después de varios meses de espera, negociaciones intensas e intranquilidad, Nordin Amrabat, el deseado, aterrizó en la Costa del Sol. El culebrón tuvo final feliz y el futuro de este nuevo Málaga de Javi Gracia tomó un color más intenso, luminoso y brillante.

Amrabat, la esperanza del Málaga.
A pesar de los fichajes, cambios y las habituales estrecheces económicas, el conjunto blanquiazul ha dejados buenas sensaciones en las dos primeras jornadas ligueras. Venció a un Athlétic más rodado y salió derrotado de Mestalla en un partido cuanto menos polémico que se rompió tras la injusta expulsión de Darder. Pero aún así el equipo desplegó un juego aceptable, más que prometedor, con jugadores muy jóvenes que todavía deben rendir mucho más si consigan interpretar los sistemas de Javi Gracia. Pero era evidente la falta de gol y, en ocasiones, de fluidez en ataque.

Y aquí aparece Amrabat. El holandés, de origen marroquí, no ha podido triunfar en su equipo de origen, el Galatasaray, porque ni Mancini hace meses ni Cesare Prandelli este verano, le han dado oportunidades. Viendo el panorama, decidió que regresar a Málaga era la mejor opción. Ya conoce la ciudad, el club, a la mayoría de compañeros, estuvo cinco meses desde enero, y no necesita adaptación. Además, se sabe querido por la afición -así se lo ha demostrado siempre- y sabe que será un puntal, un faro, en el ataque blanquiazul.

Amrabat, 27 años, es un futbolista de ataque, de creación. Le gusta el juego alegre, moverse por las dos bandas y llega a la portería contraria con facilidad. El pasado cursó disputó quince encuentros y marcó dos goles, pero participó de forma directa en unos cuantos más. Su llegada al equipo entonces dirigido por Bernd Schuster fue un soplo de aire fresco. Los goles comenzaron a llegar, las ocasiones de gol se presentaban con más asiduidad y siempre que tenía el balón en los pies se respiraba peligro. Fue el revulsivo con mayúsculas para lograr la permanencia. Por todos estos motivos se entiende el interés hasta el último momento de los directivos en reclutarle de nuevo para las filas malaguistas.

Como hemos dicho, el futbolista holandés da vida, empuje a sus compañeros, y tiene una enorme participación en cada partido. No se esconde nunca, siempre está dispuesto, se ofrece, y su trabajo, calidad y visión del juego le hacen ser un jugador que marca las distancias, determinante. Capaz de atraer a varios rivales, puede encarar o buscar la asociación con un compañero desmarcado y en mejor posición. Y  es muy factible que forme una asociación espectacular con el joven portugués Horta y con Santa Cruz.

Amrabat firmando la camiseta de un aficionado malaguista
En definitiva, Amrabat ha llegado para quedarse y para elevar el nivel de un conjunto que tiene mucho que decir y que va a intentar no sufrir hasta el final. Si mantiene el nivel de juego y las virtudes ya mostradas, la felicidad se instalará en La Rosaleda. La apuesta le ha costado al Málaga un millón de euros y el pago de la ficha, pero ha obtenido una opción de traspaso por 3'5 millones que debería hacer efectiva antes del 30 de abril. El sábado, ante el Levante, tendrá la oportunidad de reencontrarse con su público y de comenzar a cumplir las expectativas.




Artículo realizado por Javier Costillas (@CosimonJav).

0 comentarios :

Publicar un comentario