martes, 8 de abril de 2014

Estocada al descenso, UD Almería 1 - Osasuna 2.


Era la primera final adelantada para el Almería, ante su gente, obligado a dar una buena imagen tras el tropiezo en Valladolid, que le metía en descenso. Los rojillos tampoco estaban pasando un buen momento, sumergidos en un mar de dudas tras precipitarse en cuestión de varias jornadas en la zona peligrosa por la salvación.




Los primeros compases estuvieron marcados por el miedo en el juego de ambos conjuntos, que no conseguían concretar llegadas claras al área rival. El Almería cedió la posesión al Osasuna, y el conjunto de Javi Gracia no lo desaprovechó. En una jugada donde se descubrieron todas las facilidades que la zaga rojiblanca concede, Oriol Riera batió a Esteban por su propio palo, con mucha sangre fría, adelantando al Osasuna. El Almería, entonces, dio un cambio radical, queriendo la pelota e intentando buscar ese espacio en la defensa visitante para crear peligro. Sin embargo, no lo encontraba. Suso y Corona fueron los verdaderos comandantes de los ataques locales, que veían como insuficiente el esfuerzo y la calidad de sus dos bastiones, ya que cuando mejor estaba el partido para los hombres de Francisco, el Osasuna golpeó de nuevo. Tras una falta lateral botada por Roberto Torres, la defensa del Almería se lió, y Marcelo Silva, concretamente, no defendió con intensidad a su hombre, Arribas, que sin apenas oposición remató de cabeza a gol. Sería un gran jarro de agua fría para los locales, que deberían remontar otro partido más.



La segunda parte fue un monopolio absoluto del Almería, que no conseguía encontrar ese último pase que le llevase al gol. La desesperación crecía en las filas almerienses, que veían en el entramado defensivo rojillo un auténtico fortín inexpugnable. Francisco, ya a la desesperada, varió el esquema táctico, jugando con tres centrales y dos puntas, un 3-5-2, con Rodri, recién ingresado al campo, y Soriano de puntas. Y en efecto, dio resultado momentáneo. Buena incorporación desde segunda línea de Azeez que rompe a toda la zaga, dispara mal pero rebota en un jugador visitante y el balón le cae a Soriano, que le quita el polvo a la escuadra. Había partido, y el Almería achuchaba con todo lo que tenía, incluso Soriano de nuevo estuvo a punto de marcar de nuevo, pero las fuerzas se agotaron.

Tanto que se agotaron que el Osasuna estuvo a punto de sentenciar, cuando Acuña, que había sustituido a un lesionado Oriol Riera, fue derribado por Rafita justo cuando se marchaba solo hacia la portería de Esteban, en un claro mano a mano. El lateral local fue expulsado, y en esa misma jugada murió el partido. La grada se marchaba desilusionada, ya que las opciones de que el Almería permanezca en la Liga BBVA empiezan a reducirse poco a poco. En cambio, la alegría de Osasuna lo decía todo. Los rojillos ahora se encuentran a dos puntos del descenso, y pueden respirar. Pero que nadie se relaje, hasta el rabo todo es toro, y mucho más en Primera División.





 Crónica realizada por Mario Gómez (@MGomez_24)

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