El Madrid llegaba al
Sánchez Pizjuán dispuesto conseguir una victoria tras la derrota en ‘el
clásico’ pero los Emery se llevaron el encuentro por 2-1 y dejan al Madrid muy
tocado.
El Sevilla y el Real
Madrid se daban cita en la capital andaluza. Los de Ancelotti legaban muy
tocados a este partido tras caer derrotados contra el FC Barcelona y ceder el
liderato al At.Madrid. Necesitaban la victoria sí o sí para seguir peleando
hasta el final por la liga. Enfrente tenía al Sevilla. Al Real Madrid no se le
da muy bien el Ramón Sánchez Pizjuán y lo de anoche no fue una excepción. Los
sevillistas dispuestos a conseguir tres puntos para seguir en la pelea por
Europa no fueron plato de buen gusto. Fueron un incordio todo el partido y ese
esfuerzo tuvo recompensa.
Arrancó el partido y el
Madrid se hizo dueño y señor del medio campo. Ancelotti decidió sacar a
Illarramendi por el sancionado Di Maria en lugar de Isco. El italiano pretendía
fortalecer el centro y atacar por las bandas donde estaban Bale y Cristiano.
Ese trivote hizo que el Madrid empezara dominando y creando ocasiones. Benzema
muy activo tuvo tres grandes oportunidades de cara a gol pero erró las tres. El
que lo falló la primera que tuvo fue Cristiano Ronaldo. El portugués anotó su
decimosexto gol al Sevilla de falta directa al borde del área, tras desviar el
balón Bacca y ponérselo imposible a Beto. Pero los andaluces, aun sin
encontrarse nunca cómodos, replicaron a los cinco minutos y en una rápida
contra empataron 1-1 con gol de Bacca.El Sevilla mejoró algo, pero siguió
nervioso y muy vulnerable atrás. Reyes dispuso de la última ocasión de la
primera parte, previamente el Madrid rozó el gol en ocasiones de Illarra y
Bale, y sobre todo en tres claras de Ronaldo, muy activo.Pero el artillero luso
se topó siempre con paradones de su compatriota Beto, en una falta y un fuerte
disparo desde el borde del área, y en especial en otro tiro que estrelló en el
palo derecho a dos minutos del descanso, quedando el balón botando en la misma
línea hasta que lo despejó Nico Pareja. Finalmente el equipo llegó al descanso
con el empate a uno en el marcador. Resultado que no le valía al Real Madrid
tras la victoria previa del FC Barcelona al Celta.
Comenzó la segunda
mitad y pudimos ver a un Sevilla que salió con un planteamiento de mayor
contención pero sin renunciar a mirar al área del ex sevillista Diego López
sólo cuando podía porque la presión de los madridistas era asfixiante. Es
presión estuvo a punto de dar buenos resultados a los diez minutos de
reanudarse el partido. Marcelo desde la banda izquierda intentó un pase de la
muerte a Cristiano pero Fazio lo impidió con la puntita de la bota. El Madrid
buscó el gol de todas las formas, pero no hallaron vías claras, le faltaron
ideas ante un Sevilla más sólido, mejor situado y que tiró de orgullo, pero que
defendió demasiado atrás. El planteamiento de Ancelotti comenzaba a
desquebrajarse al no llegar el segundo gol. Los jugadores, ayer de azules, intentaban
acciones individuales y centros sin peligro debido a la ansiedad de ver que el
gol no llegaba. Entró Isco por Illarra para buscar más claridad, pero cuando
más apretaba llegó una contra llevada por el croata Iván Rakitic, que dio un
genial pase al colombiano Bacca para que marcara el 2-1, su segundo tanto en el
choque, a los 72 minutos. Toda esa ansiedad y rabia de no anotar se
multiplicaría. Bale chutaba a las nubes intentando obrar el milagro. El equipo
estaba desubicado. Estaba roto. Sin ideas claras y jugando a la desesperada
acabaron perdiendo el partido. Ancelotti sacó muy tarde a Morata, concretamente
en el minuto 90. Con rabia y con resignación los madrileños volvieron a casa
con otra derrota, la segunda consecutiva, y sabiendo que, con este resultado,
se quedan atrás en la pelea por el título. Los sevillistas, por el contrario,
se marcharon felices tras la victoria. Se sitúan quintos a seis puntos del
último puesto Champions.
Crónica realizada por Daniel Cayetano (@DaniCayetano7).
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