miércoles, 24 de septiembre de 2014

Sergio certifica el huracán Celta, Celta de Vigo 2 - Deportivo de la Coruña 1.

Dos años después, el “ONosoDerbi” volvía a escena en la categoría de oro. Balaídos sería testigo de un partido intenso por parte de ambos bandos, más en la primera parte para unos y en las segunda para otros. La tripleta Orellana, Nolito y Larrivey trajo de cabeza a un Dépor que pudo salvar el empate en los últimos minutos de no ser por Sergio, que retuvo desde los 11 metros los 3 puntos.

Los jugadores del Celta celebrando un gol ante el Depor
El ambiente de Balaídos auguraba un encuentro de emociones desde el primer segundo, y así lo confirmó Nolito al marcar el tempranero tanto que abrió el marcador en una fría noche gallega. En el minuto 4 se desató el vendaval ofensivo del Celta merced a un Nolito descomunal. El gaditano encaró a Sidnei dentro del área y nada pudieron hacer entre el zaguero y Lux para detener su duro chut. Muy pronto se le ponía cuesta arriba el partido a los de Víctor Fernández, que no daba con la tecla para desactivar a los locales. Mucho más enchufado en los compases iniciales, el Celta volvería a disfrutar de una gran ocasión en el 9’, cuando de nuevo Nolito bajó un centro al área de Orellana y le sirvió el remate a Álex López, que quiso ajustar en exceso. Los celestes olieron sangre y continuaron mordiendo durante toda la primera mitad la salida del balón visitante. El Deportivo lo intentaba pero le era imposible pasar de la zona de tres cuartos, donde los pupilos de Berizzo recuperaban y lanzaban las contras. Rompiendo con el esquema trenzado del técnico argentino, Orellana quiso buscar el gol a balón parado en el minuto 24, y lamiendo el larguero se marchó su disparo de falta directa. Como el viento durante las tormentas, el Celta mezcló fases de temporal con una tensa calma para no derrochar todo el físico. Por ahí intentaba asomarse el Dépor, que tuvo su primer acercamiento peligroso en el 39’, cuando Sergio despejó con el pie un chut de Postiga tras una buena pared del portugués con Fariña. Ahí murieron los primeros 45 minutos y, sin embargo, las nubes dieron paso a un renacido Deportivo que mostró su versión más competitiva en la reanudación.

Mucho más disputada sería la segunda mitad, en la que los visitantes demostraron querer ir a por el partido. Ya a los 5 minutos tuvieron el empate en botas otra vez de Postiga, que no estuvo acertado a culminar una buena contra que lideró Fariña. Sergio intervenía a tiempo advirtiendo de lo que vendría después. Sin embargo, nada pudo hacer el meta local para evitar la igualada deportivista, que llegaba merecidamente tras un jugadón de Isaac Cuenca, quien tras revolverse en el área con un buen control orientado la mandaba a las mallas pegada al palo. Era el minuto 54, y el chaparrón parecía soplar del otro lado en Galicia ahora. No obstante el Celta, que seguía desatado cada vez que pisaba campo contrario, no iba a dar su brazo a torcer tan fácilmente, y menos estando Nolito en el verde. El propio ‘10’ celeste desaprovechó en el 61’ un regalo de Laure en defensa,ya que su duro disparo desde la frontal lo repelió Lux. Tocaba mirar al otro campo como si de un partido de tenis se tratara, porque sólo 4 minutos después era Fariña el que, tras un control orientado con el que se deshizo de su marcador, desperdició un mano a mano ante Sergio al dejar que Hugo Mallo y Fontás se le echaran encima. El siguiente golpe, y a la postre definitivo, lo dio Larrivey en el 71’. El punta argentino, que fue un auténtico incordio para la zaga visitante con sus continuas prolongaciones y su juego de espaldas, remató en el corazón del área un córner anticipándose a Lux para dejar el derbi en Balaídos. Éxtasis celtarra que se prolongó hasta límites insospechados a falta de 3 minutos para la conclusión del partido, cuando el árbitro señaló un penalti a favor del Deportivo por mano de Cabral dentro del área. Sergio se alzó como héroe local al detener la pena máxima con una espléndida estirada a su izquierda y dar la victoria al Celta en un derbi repleto de intensidad y emoción.

Nolito y Laure disputando un balón

Nada más necesita el Celta que su tridente fetén y que el físico y algo de fortuna le acompañen en los momentos finales como no ocurrió, por ejemplo, ante la Real. Frente un Deportivo de la Coruña que mereció el empate al final, el Celta certifica su excelente arranque liguero y advierte, como poco, del potencial ofensivo que posee. El huracán Nolito está desatado y sus tifones Larrivey y Orellana le escudan en este inicio de temporada prometedor de los de Berizzo. 




Crónica realizada por Hugo Fernández (@HugoFer9).

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